Algunos gremios que representan a empleados federales han objetado diciendo que esos asuntos necesitan ser negociados en las conversaciones contractuales.
AP | Al igual que el resto del país, los sindicatos de Estados Unidos están divididos sobre la obligatoriedad de aplicarse vacunas contra el COVID-19 propuesta por el presidente Joe Biden.
El Gremio Nacional de Enfermeros aplaudió la propuesta de Biden de requerir que las compañías de más de 100 empleados vacunen a su fuerza de trabajo.
La Federación de Maestros (AFT), que dijo una vez que los mandatos de vacunas no eran necesarios, ahora los respalda. En Oregon, los gremios de policías y bomberos están entablando demandas para bloquear un mandato de uso de mascarillas para los empleados estatales.
El movimiento sindical está dividido: quiere respaldar a su aliado político Biden y proteger a sus miembros de infección, pero en el proceso se preguntan si están pisoteando los derechos de los trabajadores.
“Los sindicatos son un microcosmos de la sociedad en que vivimos”, dijo Patricia Campos-Medina, directora ejecutiva del Worker Institute en la Universidad Cornell. “La misma división política que vivimos ahora existe entre los miembros de los sindicatos”.
Esa brecha complica las cosas para Biden en sus esfuerzos para controlar la variante delta del coronavirus. Los gremios son un integrante clave del Partido Demócrata y ayudan a pulir la imagen de clase media de Biden. Las divisiones en la coalición del presidente le dificultan implementar nuevos requerimientos de vacunación.
Algunos gremios que representan a empleados federales objetaron ya el esfuerzo de Biden para ordenar la inoculación entre la fuerza laboral del gobierno federal, diciendo que esos asuntos necesitan ser negociados en las conversaciones contractuales.
En un indicio de la importancia del asunto para el gobierno de Biden, la Casa Blanca se puso en contacto con líderes sindicales antes del anuncio el jueves de la nueva política del presidente y continuarán hablando con ellos, dijo un funcionario del gobierno, que insistió en preservar el anonimato por estar hablando de planes futuros.
Biden requerirá que las compañías con más de 100 empleados ordenen a sus trabajadores que se inyecten o los sometan a pruebas semanales del virus. Ordenará además vacunas para los trabajadores de la rama ejecutiva y los contratistas federales, sin opción de usar sólo pruebas diagnósticas. El nuevo requerimiento podría cubrir a unos 100 millones de personas en Estados Unidos.