jueves , 28 marzo 2024

Sobre los ingresos, los salarios y otros males en Cuba

LA HABANA, Cuba | Cuba Sindical Press – La vida de todo trabajador gira en torno a la búsqueda digna y efectiva de ingresos monetarios y no monetarios que garanticen el desarrollo pleno y la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales. La realidad del trabajador cubano no es diferente en su objetivo, aunque sí en las vías que se ha de transitar para alcanzar de forma lícita los medios suficientes para garantizar la subsistencia.

Hace más de 50 años, para las ciudadanas y los ciudadanos cubanos la principal fuente de ingreso –y para algunos la única– ha sido el salario[1]. La contracción del salario real ha sido, y continúa siendo, un fenómeno latente para la sociedad; el incremento acelerado de los precios por un lado y el comportamiento estático de los niveles de los salarios por el otro, justifican la contracción de la capacidad de compra de las personas en la isla. En resumen, con la misma cantidad de dinero ahora se pueden comprar menos productos y acceder a menos servicios.

Desde el año 2011, como parte del proceso de actualización del modelo económico cubano, se realizaron aperturas de orden económico que han favorecido el incremento de los ingresos a algunos sectores de la población cubanas. Sin embargo, la realidad objetiva de otros continúa intacta.

El sector empresarial (no para todas las entidades de este tipo) ha experimentado un grupo de transformaciones que, tras la aprobación de las normas correspondientes, han permitido aumentar los niveles del salario[2], haciéndolos corresponder hasta cierto punto con el resultado del trabajo realizado, además y como parte de las aperturas al capital extranjero se han realizado flexibilizaciones aún perfectibles para favorecer a los trabajadores nacionales que se vinculan a esta forma de propiedad y gestión de los recursos.

Según las informaciones publicadas, durante el 2015 se apreció una mejoría en el sector empresarial, donde el 22,0% de las entidades pagaron salarios mensuales superiores a los 1 000 CUP[3]. Sin embargo, los salarios del sector presupuestado[4] solo pueden establecerse mediante decisiones de tipo político, dado que sus resultados no son medibles como la producción material de bienes y servicios.

Pero si analizamos la estructura de la Población Económicamente Activa (PEA) y su distribución por ramas y sectores, nos percatamos de que estas medidas llegan a un grupo poco significativo de la población cubana[5]. Profesionales altamente calificados, trabajadores del sector presupuestado y los vinculados a los organismos de la administración del Estado, el Gobierno, el Partido, las organizaciones de masas y otros de las estructuras de la administración pública a todos los niveles, quienes representan una mayoría significativa, continúan percibiendo salarios calificados como bajos, en correspondencia con los costos de los bienes que necesitan para subsistir.

Desde el punto de vista económico, el hecho de que los trabajadores vinculados directamente a la producción perciban salarios superiores a los que realizan actividades no productivas, es un hecho racional.

Tabla No. 1: Distribución de los ocupados en la economía nacional cubana

U\M: Miles de trabajadores

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[*] Este valor incluye los cooperativistas no agropecuarios.
[**] Este valor incluye los trabajadores por cuenta propia.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadística e Información de la República de Cuba (ONEI)

Lo criticable es, primero el margen de esta diferencia y segundo la estructura o cantidad de trabajadores asignados a una y otra área (se sobrecarga las áreas no productivas y se contraen la cantidad de personas vinculadas a actividades productivas, que por lo general son de un mayor desgaste físico).

Estos elementos catalizan un fenómeno peligroso para la estabilidad de la economía nacional, que se ha convertido en necesidad vital para la estabilidad económica de las familias cubanas que no perciben otras ayudas monetarias, se trata de la corrupción. Esto último constituye un fenómeno que hace del robo una actividad cotidiana y además aceptada y percibida desde el punto de vista social, como una necesidad imperiosa, y por tanto se suplanta su denominación por otros términos menos agresivos y más contemplativos como luchar, resolver, subsistir y otros similares.

La realidad económica objetiva hace hasta cierto punto justificable esta actitud, fundamentada por la necesidad humana de los trabajadores. Y las autoridades, conocedoras del asunto, no asumen otra posición que la indiferencia y a ratos, alguna que otra corrección coyuntural. Pues es difícil atacar un problema que ellos mismos causan y que no tienen la capacidad de resolver.

Por ello hoy en Cuba, escasean o no existen en los mercados estatales productor y servicios, sin embargo, en «la calle» o «por fuera» se pueden encontrar a un precio superior, los bienes (productos y servicios) que se necesiten, y la procedencia de estos artículos es claramente las arcas del Estado, ya que en la isla el derecho de importación tiene carácter centralizado y está reservado únicamente a las autoridades encargadas por el Estado cubano.

El incremento de los salarios en Cuba, ha de transitar por varios caminos antes de alcanzar su solución final. El simple hecho de un incremento arbitrario, sólo causará desde el punto de vista social y económico una situación más complicada. Para hacer efectiva esta medida ha de garantizarse niveles de productos y servicios que respalden el incremento promovido, para evitar la escapada de la diferencia incremental por la vía de los precios mediante la inflación. Además se deben trabajar en cambios estructurales, tecnológicos y otros.

Tabla No. 2: Relación del comportamiento del salario medio y la productividad en Cuba.

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[*] Ver Intervención de Ricardo Cabrisas Ruiz, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación ante la ANPP, periódico Granma, diciembre 28 de 2016.

Fuente: Elaboración propia a partir de información recolectada de artículos e informes.

Las autoridades cubanas como parte del proceso de reordenamiento de la economía nacional han previsto que cada año el salario medio crezca pero en valor inferior a la productividad[9], lo cual detendrá el alza de las presiones vía inflación.

Todo trabajador digno en cualquier país del mundo, debe ser capaz de al menos subsistir con el fruto de su trabajo. Las condiciones salariales y económicas que conviven en la isla entran en claro conflicto objetivo, que ha de resolverse de forma inmediata, pues esta realidad incide de forma directa en los resultados de la economía nacional y en la mantención de una economía subterránea.


[1] Entiéndase esta categoría como la cantidad monetaria recibida por entregar su capacidad física y mental.
[2] El salario promedio mensual en el año 2015, según datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), ascendía a 687.00 CUP (equivalente a 27.48 USD).
[3] Según la tasa de cambio vigente (1 x 25) este ingreso equivale a 40 USD.
[4] Hace pocos años cubría el 51% de los empleos estatales, según artículo publicado por Jose Luis Rodríguez, ex ministro de Economía y Planificación en la isla.
[5] En el año 2015 los ocupados en la economía ascendían a 4 860 500 trabajadore,s de los cuales sólo 1 185 800 (24,4%) se encontraban vinculados en actividades privadas y sólo 499 000 se asociaron al trabajo por cuenta propia.
[6] Este valor incluye los cooperativistas no agropecuarios.
[7] Este valor incluye los trabajadores por cuenta propia.
[8] Ver Intervención de Ricardo Cabrisas Ruiz, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación ante la ANPP, periódico Granma, diciembre 28 de 2016.
[9] Ver el lineamiento Nº 41. Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Abril 2011.