jueves , 26 diciembre 2024

Taxistas estatales no resisten la competencia de los particulares

Los taxistas particulares, en general, logran compenetrarse más con el turista, y pueden programar visitas dirigidas a sitios de interés

La Habana, Cuba | Cuba Sindical Press – Desde hace mucho tiempo los taxistas pertenecientes a entidades estatales, y también los transportistas acogidos al trabajo por cuenta propia, vienen denunciando a aquellos choferes que brindan el servicio de transportación de pasajeros sin la licencia adecuada para ese fin. Y, ciertamente, se trata de una reacción lógica de los denunciantes, pues al no tener que pagar impuestos, los últimos podrían cobrar una tarifa inferior, y en consecuencia la competencia sería desleal.

Sin embargo, ahora la denuncia de los taxistas estatales se ha extendido también hacia los taxistas privados que ejercen legalmente el trabajo por cuenta propia. Tal situación quedó reflejada durante la Primera Conferencia Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores del Transporte y Puertos (SNTTP), la cual acaba de concluir en La Habana.

Según reportó el periódico oficialista Trabajadores (edición del lunes 4 de diciembre), un taxista de una agencia estatal, al referirse a sus homólogos cuentapropistas, apuntó que “esos choferes llegan a las piqueras, montan al turista y, lógicamente, nos roban los clientes”. Y más adelante expresó que “evidentemente, las licencias operativas del transporte contribuyen a ese mal, pues no diferencian el tipo de clientes que cada quien puede transportar”.

El taxista estatal clama por que se emitan nuevas licencias operativas que establezcan que los choferes cuentapropistas puedan transportar únicamente a pasajeros cubanos, mientras que los turistas extranjeros, esos que dan jugosas propinas, queden a merced de las agencias transportistas del Estado.

Una vez más, una representación de trabajadores estatales solicita del gobierno una medida administrativa que los beneficie, al no poder sostener una competencia en buena lid con el sector privado.

Porque, no obstante contar los taxistas estatales con modernos y lujosos autos, mientras que los taxistas particulares, en general, circulan en los llamados “almendrones” (carros de los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado), estos últimos logran compenetrarse más con el turista, e incluso hasta les pueden programar visitas dirigidas a sitios de importancia histórica y cultural, algo que mucho agradecen nuestros visitantes foráneos.

Siempre en el contexto del afán gubernamental por controlar a los taxistas que ejercen el trabajo por cuenta propia, el ministro del Transporte, Adel Yzquierdo, al intervenir en la citada conferencia, afirmó que “sabemos del reclamo de los porteadores privados de que les vendamos combustible, gomas y otras piezas a un precio razonable; pero el asunto no es solo eso, pues derechos y deberes tienen que marchar unidos”.

Es decir, que el Ministro les pide a los taxistas privados “que se porten bien” –en este caso, que no les sigan “robando” los pasajeros extranjeros a los taxistas estatales– para después tener derecho a ser atendidos por las autoridades. Cualquier parecido con un chantaje, al parecer, no es mera coincidencia.

Por otra parte, fue inevitable que en la conferencia afloraran algunos de los múltiples problemas que afronta el sector del transporte en la isla. Por ejemplo, que el 63% de los vuelos nacionales salen tarde, y que son muchas las dificultades por las que atraviesan los aeropuertos cubanos;  que hubo en el sector 293 hechos delictivos hasta octubre de este año (entre los que sobresalen la venta ilegal de boletines, el robo de combustible y la pérdida de equipajes); y que buena parte de las locomotoras que el país compró hace poco, a un costo de 220 millones de dólares, se hallan paradas debido a la falta de un sistema integral de talleres y mantenimiento.

Pero lo que debe de haberles puesto los pelos de punta a los jerarcas sindicales oficialistas presentes en la Conferencia fue la información de que, en comparación con el año 2011, hay actualmente 24 mil 636 afiliados menos a los sindicatos de ese sector.