viernes , 29 marzo 2024

Trabajadores estatales argentinos realizan su séptimo paro contra el Gobierno

El Ejecutivo aduce que el sistema es ineficiente y necesita una profunda remodelación y modernización.

Buenos Aires (EFE).- Cientos de trabajadores estatales argentinos marcharon hoy en el centro de Buenos Aires dentro de una jornada de huelga nacional, la séptima del sector este año, en protesta contra los despidos en el sector público y para reclamar al Gobierno una nueva negociación de las subidas salariales.

Convocada por el principal gremio de funcionarios, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), y por la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), la huelga afectó a los principales organismos públicos y mantuvo cortado el centro porteño durante buena parte de la mañana.

La adhesión fue «contundente» en todo el país, según indicó a Efe Hugo Godoy, secretario general de ATE y uno de los encargados de encabezar la marcha que discurrió al son de los tambores y los petardos por la emblemática Avenida de Mayo.

El líder gremial apuntó que este es el «séptimo paro» de los trabajadores estatales contra el Gobierno de Mauricio Macri desde su asunción -el pasado diciembre-, debido a la sangría de puestos de trabajo en el sector público, uno de los más golpeados por la transformación económica y política impulsada por el oficialismo tras el fin del kirchnerismo, y la pérdida de poder adquisitivo.

«(La protesta) es en contra del ajuste cada vez más evidente de este Gobierno hacia la clase trabajadora y nuestro pueblo, que se traduce en más desocupación, más precarización, más flexibilidad laboral, salarios a la baja con despidos y amenazas de despido», contó a Efe, por su parte, Ricardo Peidro, secretario general adjunto de la CTA.

Peidro lamentó que, en su opinión, se esté buscando «maximizar ganancias», tanto en el sector público como en el privado, «a costa del salario y las condiciones de trabajo» y aseguró que «frente a la falta de respuesta» no queda «otro camino» que tomar las calles.

«La desocupación y la precarización laboral no son efectos indeseados del modelo», agregó, sino que «disciplinan» a los trabajadores.

«Vamos a avanzar y no van a poder pasarnos por encima», sostuvo.

Los sindicalistas hablan de destrucción de unos 150.000 puestos de trabajo en el aparato público en 2016 y reclaman contratos permanentes para unos 90.000 empleados del Gobierno nacional y de unos 600.000 en las provincias y ayuntamientos, que se desempeñan en condiciones de incertidumbre por la falta de condiciones estables.

Desde el Ejecutivo, por el contrario, aducen que en la recta final del kirchnerismo se engordó la planta de funcionarios para maquillar las cifras de desempleo y que el sistema es ineficiente y necesita una profunda remodelación y modernización.

«Queremos que el Gobierno defina de una vez por todas la situación de los trabajadores del Estado» pero también «de los privados» y «de las pymes (pequeñas y medianas empresas)» que están pasando «una situación muy triste y lamentable», exigió Federico Miguel Ángel, secretario general adjunto de ATE para el populoso distrito bonaerense de La Matanza.

Además, los sindicatos reclaman una reapertura de las negociaciones paritarias de actualización salarial, ya que estiman que la inflación cerrará el año en torno al 42 %.

Junto a los empleados estatales marcharon también sindicalistas del gremio de aceiteros y de los trabajadores de prensa, entre otros.