Aleaga Pesant Report revisa los efectos del anuncio del «deshielo» diplomático entre Cuba y Estados Unidos de diciembre de 2014.
Al principio, hubo un ambiente de optimismo sobre nuevas oportunidades de desarrollo y alivio del régimen cubano. EE.UU. eliminó partes del embargo, promovió intercambio cultural y turístico, y apoyó el emprendimiento, como con el proyecto de un tractor económico para agricultores. Sin embargo, el gobierno cubano respondió con temor y represión, restringiendo tanto a sindicalistas independientes como emprendedores, provocado una disminución superior al 50 porciento de este sector desde entonces.
Esto ha resultado en una mayor concentración de riqueza, una economía nacional deteriorada, inflación alta, y una disminución del valor del peso cubano, afectando negativamente los salarios y la productividad.
Diez años después, se describe una Cuba donde tanto la sociedad como las relaciones con EE.UU. están «congeladas», con un estancamiento en el progreso esperado.