La Habana | Manuel Guerra Pérez – Las autoridades cubanas buscan en estos días complementar el déficit de trabajadores existente en los sectores de Aduana e Inmigración, e incluso tratan de motivar a los jóvenes con anuncios de televisión para que se presentan a cursos y ocupen las plazas.
La constante búsqueda de personal es consecuencia de las continuas renuncias de trabajadores, principalmente a causa de los bajos salarios, la mala alimentación, las horas extra y las pésimas condiciones de trabajo, dijo un empleados que lleva más de diez años laborando en el sector y pidió mantenerse en el anonimato.
«El salario es de 585 pesos (23 dólares), más el estímulo en divisas de 20CUC, que te lo quitan por cualquier cosa. Es insuficiente para el rigor que demanda el trabajo», comentó la fuente.
Los trabajadores de Aduana e Inmigración hacen turnos de 12 horas. Todos los puestos son de responsabilidad y los empleados son chequeados desde un puesto de mando a través de cámaras de seguridad.
«Las meriendas son preparadas en las propias terminales aéreas. Consisten en pan con queso o mortadela y refresco hecho con mermeladas. Es lo más común que tenemos. Los almuerzos y comidas no tienen las calorías necesarias», consideró la fuente, aunque esa alimentación es superior a la que recibe la mayoría de los trabajadores estatales.
«En el verano es una tortura trabajar, muchas de las áreas no tienen aire acondicionado. En invierno, el frío pela», apuntó otra trabajadora de Inmigración. «Lo único positivo es que tenemos transporte. La gente piensa que trabajar aquí es lo máximo, pero no es tan así».
Esta misma trabajadora explicó que los turnos extras son obligatorios en la práctica.
«Si no cumples, te sancionan con la pérdida de la divisa», dijo. «Mientras, los vuelos se han incrementado, principalmente desde Canadá y Estados Unidos. También de Alemania, España y Suiza. La entrada al país es constante y siempre tenemos déficit de personal».
ECASA, encargada del pago de la divisa a trabajadores que laboran en los aeropuertos, es una empresa dependiente del Ministerio del Interior (MININT). Este tipo de pago se le escamotea al máximo a los trabajadores, según las fuentes.
«La pérdida de la divisa le ocurre a muchos empleados. Las sanciones son por llegadas tarde, ausencia, o cualquier anomalía en el puesto de trabajo. Por ejemplo, aceptar un libro de un visitante es motivo de sanción. Implica la pérdida de la divisa en el periodo de un mes», concluyó la funcionaria de Inmigración.
Esta situación es una de las que más desalienta la permanencia en sus puestos de los trabajadores aeroportuarios, y continuará, pues el Gobierno prefiere reclutar nuevos empleados que mejorar las condiciones causantes de las deserciones de los que ya tiene.
A estos descontentos se suma la mala opinión que existe en la población sobre los trabajadores de los aeropuertos, frecuentemente acusados de abusos, corrupción y robos.