jueves , 26 diciembre 2024

Una medida de control para los taxistas privados podría empeorar la crisis del transporte en La Habana

No pocos propietarios de autos tienen uno o dos conductores que trabajan para ellos. Ahora tendrán que volver al volante.

Manuel Guerra Pérez | La Habana (DDC) Una nueva política de control del transporte privado en La Habana entrara en vigor a inicios de octubre. Los taxistas privados se enfrentarán a la implementación de un régimen de cooperativas.

Aquellos con licencias operativas podrán pertenecer a piqueras con controladores del Ministerio del Transporte. La pertenencia les obligará a realizar viajes en rutas designadas, con precios máximos controlados, como establece el acuerdo 185/2016 del Consejo de Administración Provincial de La Habana.

La normativa aclara, de manera tramposa, que no será de obligatorio cumplimiento para los taxistas. Pero quienes no integren las cooperativas no podrán trabajar en rutas principales, entiéndase avenidas o calzadas con gran afluencia de público, ni acceder a otros «beneficios».

Los taxistas que pasen a formar parte de estas nuevas cooperativas recibirán cada litro de petróleo a un costo de dos pesos (moneda nacional) y tendrán un descuento del 30% para compras de piezas y neumáticos.

Por cada litro de combustible que los propietarios de taxis adquieran a dos pesos tendrán que abonar 36 pesos a la cooperativa estatal. Las tiendas o lugares para obtener los accesorios se implementarán según decisión del Ministerio del Trasporte, pero aún no están definidos.

El Gobierno nunca ha sido capaz de mantener un suministro estable de piezas y otros accesorios, por lo que usualmente los conductores acaban acudiendo al mercado negro.

Los que se acojan a la medida estarán obligados a cumplir consumos mínimos y máximos de combustible, teniendo en cuenta el tipo de vehículo y su capacidad, según la resolución 175/2018 del Ministerio de Transporte.

«No sé cómo va a ser este invento, pero actualmente el Estado te vende una goma (neumático) en 120 dólares y no la encuentras. Pienso que todo es un truco para endulzar un poco este descaro», dijo Alonso, taxista privado.

La totalidad de los taxistas entrevistados han expresado reticencias ante la medida. Creen que sus ingresos van a caer en cerca de un 50%.

Un almendrón (carro americano de mediados del pasado siglo) gasta por lo general entre tres y cuatro litros de combustible, entre ida y vuelta, desde La Palma al Vedado, una de las rutas frecuentadas.

«Tendremos que dividir nuestras ganancias con el Estado y eliminar a los choferes que trabajan para nosotros porque la cuenta no va a dar», dijo Roberto, quien maneja un taxi Chevrolet del año 56.

«No tenemos un sindicato independiente para poder desafiar esta medida. Cuando esto empiece entregare mi licencia, venderé mi coche y me iré del país», comentó Ariel, un chofer de Centro Habana.

Las piqueras de taxis ruteros (cooperativas estatales) pasarán al Ministerio del Transporte. Los choferes tendrán que marcar una tarjeta en cada vuelta para llevar el control.

Esta y otras indicaciones serán informadas en una reunión prevista para el 17 de septiembre, según declaró a DIARIO DE CUBA una fuente de alto nivel del Ministerio del Transporte, que pidió mantenerse en el anonimato.

Muchos taxistas han dicho que no saldrán a trabajar a principios de octubre y se mantendrán a la expectativa a ver qué sucede, una decisión que agravará la crisis del transporte en la capital.

Por otro lado, las cooperativas estatales de taxis ruteros, que contribuyen a frenar a los privados, continúan su crecimiento con nuevas rutas y más autos. Estas le dan magníficos dividendos al Estado, ya que cada carro entrega la suma de 37.000 pesos por un mes de trabajo. Sus choferes ganan 1.500 pesos en el mismo periodo.

«Esta gente (del Gobierno) quiere quitarnos del camino, ellos saben que la mayoría está en contra de esta medida», dijo un taxista privado.

La nueva estrategia presionará a los choferes como él a bajar el precio del pasaje y subirá los ingresos del Estado.

Por ahora, la población apoya la medida. En horarios pico, los taxistas privados recortan los tramos dentro de sus recorridos para poder cobrar más por el pasaje, incumpliendo la disposición impuesta por el Estado sobre viajes y precios.

«Sería muy bueno que los taxis particulares se acoplen a una tarifa, ya que están acabando con la gente, sus precios varían y en las noches hasta triplican el costo del pasaje», comentó Deisy, abogada de un bufete colectivo.

«Muchos picamos (en tramos) las carreras, pero la gente no sabe que pagamos como mínimo a la ONAT por la licencia operativa 800 pesos al mes, más el 10% de lo que recaudaste en ese mismo periodo, más otro 10% de lo que ganaste en todo el año», se defendió un chofer.

Con la nueva medida, muchos choferes temen quedar desempleados. No pocos propietarios de autos tienen uno o dos conductores que trabajan para ellos. Ahora tendrán que volver al volante, ya que el sistema de pago al Estado les hará imposible contar con empleados.