Vuelven tiempos difíciles para la oposición, y con impunidad para el régimen
DDC | La Habana | 27 de Septiembre (www.diariodecuba.com) – Vuelven tiempos difíciles para la oposición, y vuelven con impunidad para el régimen, han coincidido en señalar miembros de la sociedad civil consultados por DIARIO DE CUBA tras una semana de intensa represión y operativos violentos «a la medida», como el organizado contra el independiente Centro de Información Legal (Cubalex).
Avisan que es una muestra de lo que viene, recomiendan estar preparados y piden solidaridad.
¿Qué está pasando? ¿Por qué ahora? ¿Qué puede hacer la sociedad civil ante la impunidad con la que el régimen actúa y el silencio de la comunidad internacional? Varios activistas responden.
Laritza Diversent, directora de Cubalex:
Nuestro equipo estuvo analizando la situación, buscando los motivos por los que las autoridades actuaron de la forma que lo hicieron contra nuestro centro, un equipo que lleva trabajando por más de cinco años ininterrumpidos sin experimentar una acción como esta. Tememos que vuelva a suceder una escalada represiva como la de la Primavera Negra de 2003. La intención es volver a crear una situación como esa, crear una crisis política en medio del adelanto en las conversaciones tanto con Estados Unidos como con la Unión Europea.
Nosotros creemos firmemente que lo que pasó contra nuestra organización, contra nuestra sede, es un efecto ejemplarizante que aún no ha acabado. Obtuvieron información que nos coloca en situación de riesgo. Es una advertencia a toda la sociedad civil independiente. Nos hace falta muchísimo apoyo de la comunidad internacional porque creo que no se van a detener, están decididos.
Últimamente hay muchos pronunciamientos en los diarios y la televisión oficiales hablando de acciones subversivas para desestabilizar al Estado, etc., y están vigentes leyes en el país con sanciones muy severas para aquellos que ejercen el derecho a la libertad de expresión, de asociación, la defensa de los derechos humanos. Creo que si no se frena esa situación, todos los que estamos dentro de Cuba estamos en riesgo, expuestos, sin ningún tipo de protección.
Lo único que nos queda es apelar a la solidaridad internacional. No veo que a un Gobierno autoritario como el de Cuba se le pueda parar (…) viola su propia ley, no hay quien lo frene en eso, y así lo ha demostrado varias veces.
Manuel Cuesta Morúa, miembro de la Mesa de la Unidad de Acción Democrática y #Otro18:
El Gobierno ya está desbordado por la propia realidad social, cultural y política del país, ya no encuentra respuestas a ese desbordamiento y apela al último recurso, que es la última frontera del poder: la violencia inconstitucional e ilegal contra la sociedad civil.
Aquí no hay un ataque exclusivamente contra la sociedad civil real, sino también contra la sociedad civil simulada; es decir, aquellos actores al interior del Estado que de alguna manera creen que es necesario cambiar las pautas y las referencias sobre cómo estamos conviviendo y se atreven a proponer cosas interesantes.
El Gobierno acude ahora a la violencia porque además se le desmorona el concepto de plaza sitiada. Ya los Estados Unidos no son el «enemigo», pero el Gobierno necesita que lo sigan siendo. De alguna manera, es la reacción natural de un Estado que no quiere transformarse.
No es sorpresivo. Años atrás, cuando asumió Raúl Castro, muchos llegamos a la conclusión de que la única capacidad que tenía el régimen era reprimir con toda la fuerza —que no es la de la ley— a la sociedad civil porque ya se rompía el mito, el discurso de la Revolución desaparecía porque Raúl Castro no tendría la capacidad retórica y narrativa de reproducir el mito que sí estuvo en manos de su hermano Fidel.
De modo que estamos viendo la reacción natural de este régimen. Es duro, hay que sufrirlo, hay que pasar este Rubicón porque es inevitable, pero aquí se está decidiendo cuál va a ser la pauta futura de convivencia social.
Sería interesante que la comunidad internacional se diera cuenta de eso, al igual que todos los actores que están interesados en que Cuba se modernice.
La sociedad civil, por su parte, debería dejar de alimentar ciertos cainismos, tratar de respetar las diferencias, trabajar en aquellas plataformas en las que lo puede hacer de manera conjunta, pero sobre todo enviar un mensaje de solidaridad en las diferencias y apoyarse mutuamente. Ese es el espíritu de la MUAD y de la plataforma ciudadana Otro 18. Las diferencias enriquecen, no debilitan, y debemos unirnos.
Lo segundo es trabajar donde tenemos legitimidad, porque está ocurriendo otra cosa muy interesante: el Gobierno pierde cada vez más legitimidad con el ciudadano común, y justamente esa es la zona de nuestra fuerza. Ya la sociedad cubana le da la espalda al discurso, a la retórica. La gente intuye la falta de capacidad de este Gobierno para imaginar este país.
Ahí debería trabajar la sociedad civil, en la legitimación con la ciudadanía. Es clave. Hay que ir al ciudadano y mostrarle lo que estamos haciendo.
Realmente este es un momento difícil, todos debemos prepararnos para cualquiera de las patrañas que viene organizando el Gobierno. La brutalidad contra Cubalex y esa eminente abogada que es Laritza Diversent, creo que es una prueba de lo que viene.
Las amenazas contra activistas como Juan Antonio Madrazo Luna, el grupo Convivencia, Marthadela Tamayo, indican que el Estado está dispuesto, afilándose las uñas y pretende destruir la sociedad civil.
Kirenia Yalit Núñez Pérez, líder la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana:
Alguien que vivió en el 2003 la situación de la Primavera Negra me decía que esta escalada le recordaba precisamente eso. Coincidí totalmente.
Creo que tiene mucho que ver primero con la profesionalización de las organizaciones. El trabajo ya no es solamente contestatario, también va ganando en la cantidad de personas y en la calidad de lo que se hace con la sociedad e internacionalmente.
Son organizaciones que de alguna manera están incidiendo en mecanismos internacionales como la Comisión Interamericana o como los relatores especiales de la ONU en Ginebra. Es el caso de CUBALEX, específicamente, pero otras organizaciones también han tenido la oportunidad de presentar sus informes a esos organismos, y esta represión tiene que ver con este tema.
Una de las cosas importantes después de la visita de Obama es que se ha hecho más visible la violencia de la policía política, de todos sus mecanismos, y tiene justamente que ver con las posibilidades que las personas están viendo de poderse expresar más, aunque sea pequeño lo que puedan protestar o decir, y la posibilidad de que estas organizaciones puedan trabajar con la población.
Las organizaciones ya no trabajan desde el desconocimiento, existe una mayor profesionalización en la que han colaborado esas organizaciones internacionales que apoyan a los miembros de la sociedad civil desde sus respectivos campos, con cursos específicos.
La cuestión es mostrarle a la sociedad en sentido general, como tantas veces se ha hecho, la impunidad con que actúan los mecanismos del Estado. Seguir utilizando, los mecanismos de denuncia internacionales.
Una de las cosas que más está molestado al Gobierno es que organismos como el relator especial de derechos humanos o el de libertad de expresión puedan hacer un llamado y decir qué está pasando con determinada organización o persona en específico y que se vea cómo hay por parte de estos organismos preocupación por la sociedad cubana. Y, por último, la solidaridad de las organizaciones civiles dentro de la Isla, algo que normalmente siempre ha estado, pero ahora se está haciendo más visible. Personas y organizaciones se están apoyando mutuamente, no importa si no trabajan juntos, se hacen eco de lo que sucede a unos y otros.
Antonio Rodiles, coordinador del Foro por los Derechos y Libertades:
Está sucediendo lo que lamentablemente habíamos predicho, que mientras el régimen se viera más legitimado por los actores políticos de la comunidad internacional se iba a tomar más libertades para reprimir y violentar los derechos de todos los cubanos, incluidos opositores y pueblo en general.
Me parece que es un mensaje muy claro para todos aquellos que defendieron que los pasos dados por la Administración Obama les iban a dar más oportunidades. Incluso hay opositores de los que están siendo hoy reprimidos que abogaron por esa flexibilización y opinaron que eso iba a obligar al régimen a tener una postura más suave en el tema de la violación a los derechos humanos.
Lo que estamos viendo es todo lo contrario. Esa represión y las violaciones se han incrementado. Mientras el régimen tenga más legitimidad se incrementará más todavía. Me parece que es hora de que la comunidad internacional tenga una postura ante una situación cada vez más crítica y que parece completamente imparable.
Ante la impunidad con que actúa el régimen, hay que seguir trabajando, que es lo que la mayoría está intentando hacer, seguir denunciando y recabando la solidaridad por parte de la comunidad internacional, que preste más atención a los actores políticos de la oposición en la participación de cualquier tipo de relación o proceso que tenga que ver con Cuba y que no solamente se tenga en cuenta al régimen como interlocutor.
José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba:
A la dictadura le infunde temor el creciente descontento de la población. El termómetro del régimen en las calles está indicando que ya los cubanos no aguantan más, que cada día protestan y critican más abiertamente. Esta situación, y el incremento del activismo de grupos disidentes, de organizaciones de la sociedad civil, asusta mucho al régimen.
Ante eso, ellos solamente saben reprimir, la fórmula más vieja y útil que han tenido; amenazas, detenciones, golpizas, multas, asfixiar al máximo posible, económicamente hablando, a los activistas, con la intensión de hacerlos desistir y enviar un mensaje a la población: «esto es lo que te va a pasar si terminas uniéndote a estas organizaciones».
Algo que también suma en esa lógica enfermiza que maneja la dictadura es que siente que puede hacer lo que quiera. Tanto desde la Unión Europeas como desde otras partes del mundo se le está dando el mensaje equivocado al régimen. No se le critica, no se le señalan sus abusos. Le visitan, acuerdan. El régimen, sabiendo que la UE es un bloque que se preocupa por el tema de los derechos humanos, no da la más mínima muestra de buena voluntad. El mismo día que en Bruselas piden reafirmar el acuerdo con La Habana, están deteniendo a decenas de activistas en la Isla, enjuiciando a otros; al día siguiente intervienen la sede de CUBALEX.
En síntesis, el mundo democrático le está dando un mensaje débil a la dictadura, mientras el pueblo cubano le va mostrando que cada día está más molesto por las cosas que hace.
No vemos otra fórmula efectiva que la de seguir moviendo pueblo, atrayéndolo, animándolo en medio de la represión, dejándole claro que es cierto que conquistar los derechos y las libertades cuesta bien caro, pero si no se está dispuesto a pagar estos nunca llegarán. Se puede esperar un poco menos o más, y la solidaridad internacional es algo con lo que se cuenta, pero lo fundamental está en la lucha adentro, en lo que seamos capaces de hacer.
Juan Antonio Madrazo, coordinador nacional del Comité Ciudadanos por la Integración Racial:
En las últimas semanas, a través de los medios oficiales, se ha visto una especie de reforzamiento ideológico. De cierta forma, las autoridades han hecho visible el reforzamiento de la vigilancia y, sobre todo, sacando de nuevo el fantasma de la subversión por parte de Estados Unidos hacia la Isla. Todo esto mientras la Unión Europea está intentando levantar la Posición Común y mientras Estados Unidos está abriendo ventanas para la sociedad civil.
El Gobierno está tratando de sabotear este acercamiento pueblo a pueblo, que ha sido muy bien recibido por la sociedad civil.
Hay un reforzamiento también del discurso ideológico en el sector académico. Hay un despertar del discurso oficial y de la narrativa de la plaza sitiada. Con todo ello quieren sabotear el proceso de normalización entre Cuba y Estados Unidos y el intercambio pueblo a pueblo.
La sociedad civil no debe silenciar ningún acto de represión. Lo que le hicieron a Laritza Diversent el fin de semana no se esperaba. Hay que amplificar cada uno de los sucesos que van ocurriendo porque incluso la policía política, a todos aquellos a quienes nos ha citado, nos ha dejado claro que van a venir tiempos difíciles para la oposición porque no van a permitir ningún tipo de reforma.
Dagoberto Valdés, director de ‘Convivencia’:
Se está produciendo una escalada de represión a nivel nacional contra distintos grupos de la sociedad civil y no solo contra los activistas que se manifiestan desde hace más de 70 domingos siendo reprimidos. También contra mujeres que querían reunirse en La Habana y contra otros grupos que se dedican a la educación cívica como es nuestro caso.
Es evidente, por el testimonio de las propias personas represaliadas, que está aumentado visiblemente la represión y también hay una escalada en los últimos tiempos de propaganda política. Todo se mezcla para sostener el mismo discurso del enemigo que acecha.
No me explico, porque no es lógico, lo que está pasando. Lo lógico sería pensar que, dada la situación internacional tan favorable para este sistema y dada la situación interna de crisis económica creciente que afecta a todos los ciudadanos, lo mejor sería una apertura para mejorar. Pero funciona lo ilógico.
Lo primero que tiene que hacer la sociedad civil es no dejarse provocar en el sentido de no responde a la escalada de violencia y represión con más violencia. La sociedad civil tiene que afianzarse en su opción pacífica y seguir haciendo los trabajos que normalmente hace y que son todos siempre en beneficio de la sociedad.
Iván Hernández Carrillo, portavoz de la Coalición Sindical Independiente:
Estoy convencido de que la represión ha arreciado de manera general debido a que el Gobierno está perdiendo espacio mientras la oposición lo va ganando. Con lo que se vive a nivel internacional, tanto en Venezuela como en Colombia, el régimen teme perder el escenario político dentro de Cuba y que la oposición llegue de manera pacífica al Gobierno o una mesa de negociación, a un acercamiento, y que quede mal parado.
Es por ello que el régimen quiere minimizar el trabajo de todas las organizaciones de dentro de Cuba. El Gobierno juega la carta de la represión para minimizar esta oposición y para apagar a la sociedad civil, que crece de una manera ordenada y organizada y gana cada vez más adeptos.
Ya hay muchas organizaciones que trabajamos en medio de esta represión y estamos buscando alternativas para seguir organizándonos y tratar de ganar espacios dentro de Cuba, para llegar a un Estado de Derecho verdaderamente plural. Es una tarea muy difícil, pero veo que podemos lograrlo.
Leticia Ramos, representante de las Damas de Blanco en Matanzas:
Altos oficiales del Estado me han dicho que hay una orden de Raúl Castro para acabar con las Damas de Blanco, para impedir que vayamos vestidas de blanco, que vayamos a la iglesia. La orden es que no puede haber más Damas de Blanco en el país.
Las organizaciones deben pronunciarse y reclamar sus derechos. Se le debe exigir al régimen que deje esta tiranía y nos respete a las Damas de Blanco y al pueblo.
Después de la visita de Obama a Cuba se ha recrudecido más aún la represión en la Isla, no solo para los activistas sino para el mismo pueblo. Es una situación bastante difícil y el mundo, no solo la Unión Europea y Estados Unidos, debería pronunciarse en contra todo esto que nos está sucediendo.
Ángel Moya, exprisionero político del grupo de los 75:
Hemos dicho reiteradamente que la represión contra los activistas de los derechos humanos se va incrementado. La Seguridad del Estado se está quedado sin respuesta y está aplicando estos métodos. El activismo ha aumentado en Cuba y los defensores de derechos humanos están más concientizados acerca de la lucha. Es la razón por la que están recurriendo a la invasión de domicilios, saqueos, detenciones arbitrarias, arrestos por varias horas en calabozos, tratos crueles y vejaciones.
La sociedad civil independiente debe continuar en el activismo, incrementar las denuncias contra este estado de cosas, denunciar donde sea necesario el hostigamiento, la persecución, el encarcelamiento contra los activistas. Más activismo militante para responder a la violencia del régimen.