jueves , 21 noviembre 2024

Washington cierra la válvula de escape

14YMEDIO, La Habana – Matilde vendió su casa hace apenas dos semanas para costearse la ruta migratoria hacia Estados Unidos. Este jueves la esperanza de alcanzar sus sueños se desinfló cuando el presidente Barack Obama puso fin a la política de pies secos/pies mojados que otorga residencia legal a los cubanos que llegan a ese territorio.

La noticia ha caído como una bomba en la Isla. «Mi familia está desesperada, habían puesto todas sus esperanzas en este viaje», cuenta esta maestra jubilada a 14ymedio. Con un hijo residente en New Jersey, la mujer pensaba a finales de este mes viajar a México y cruzar la frontera «hacia tierras de libertad».

Desde la muerte del expresidente Fidel Castro ningún otro suceso había sacudido tanto la realidad cubana. El anuncio de este jueves afecta a muchos que normalmente viven al margen de la política y de los temas oficiales. «Me siento como si me hubieran quitado el salvavidas en medio del mar», describe Matilde.

El abogado Wilfredo Vallín, de la Asociación Jurídica de Cuba, considera que la decisión es «algo propio de la soberanía de un Estado». En 1995, durante la administración de Bill Clinton se aprobó la política que hoy «se considera oportuno cambiar», pero «lo que eso pueda repercutir en otros países es un problema de otros Gobiernos».

El jurista sostiene que lo ocurrido trasciende el tema migratorio y toca los pilares de la propaganda ideológica de la Plaza de la Revolución. «Se ha dicho que estas facilidades que daba el Gobierno norteamericano alentaban la emigración y ahora se termina una parte de la argumentación». Para Vallín la decisión podría «aumentar el malestar entre los ciudadanos».

El fin de esta política migratoria llega en un mal momento para el Gobierno de Raúl Castro. El pasado año cerró con una economía estancada que supuso una caída del 0,9% en el Producto Interno Bruto (PIB). Para los que están más afectados por las penurias y el elevado costo de la vida, las facilidades para emigrar hacia Estados Unidos constituían una fuente de permanente ilusión.

En cambio, el oficialismo ha dado la bienvenida a una nueva era. Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, declaró a los medios nacionales que con esta derogación «se elimina un detonante de crisis migratoria entre Cuba y EE UU». El fin de la política de pies secos/ pies mojados ha sido un viejo reclamo del Gobierno de la Isla, que además ha presionado para poner fin al programa Parole que aceptaba a profesionales de la salud cubanos, una facilidad que también ha sido suspendida este jueves.

«A partir de estas medidas, los cubanos que creían que podrían encontrar la prosperidad y el bienestar en Estados Unidos tendrán que buscar otra solución», reflexiona el opositor José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu).

Desde el oriente del país, y en conversación telefónica con este diario, Ferrer asegura que comienza una etapa de «pensar más cómo obtener libertad, prosperidad, oportunidades y derechos aquí en nuestra propia tierra». El escenario que se abre «nos va a hacer mucho más responsables y conscientes de que debemos tomar las riendas de nuestro destino como personas y como nación aquí dentro».

Frente a la Universidad de La Habana, Ramón, de 48 años, reflexiona sobre las posibles repercusiones de lo sucedido. «Cada vez que la inconformidad popular llegaba a un punto alto, el Gobierno lograba calmarla abriendo a la emigración», considera. «Ahora estamos todos sin poder salir de esta olla de presión que cada vez está más caliente».

El activista Eliécer Ávila, dirigente del movimiento Somos+, evalúa la decisión como «excelente». «La condición de refugiado por motivos políticos es algo demasiado serio, demasiado honorable para que siguiera funcionando como hasta ahora», reflexiona. «Cualquier medida tendiente a que los cubanos tomen mayor responsabilidad por su nación en lugar de huir de ella es algo que se debe apoyar».

Para el opositor Manuel Cuesta, miembro de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (Muad) la eliminación de esta política «debió tomarse hace mucho tiempo para evitar este tipo de emigración riesgosa que ha provocado la pérdida de vida de jóvenes, niños y familias enteras».

Reconoce, no obstante, que se trata de una decisión «controversial porque quienes estaban preparando la balsa para irse esta madrugada acaban de ser disuadidos de una manera inapelable». Es probable que «Trump esté aplaudiendo la medida».